Y nos da esa fuerza interior para abrazar a la vida,
llenarla de luz.
El amor que a veces damos por hecho. Y no todo el mundo tiene.
El amor de las personas, el amor que tú tienes a la vida. Ese amor que traduces en valor.
Valorar los pequeños gestos del día a día.
Una amanecer,
el sonido de la risa de tu hijo.
Tener incluso amor por ese olor del café de cada mañana y saber que tienes un hogar para sorberlo con los pies calientes y el corazón seguro.
Amor.
Yo, que a veces lo olvido.
Lo único importante y que puede mover el mundo.
Que da compasión, que conmueve y revuelve.
Lo único que realmente nos llevamos y dejamos cuando dejamos de existir.
Lo único bueno y suficiente.