
Cuando después de más de 10 años ejerciendo la fotografía, aparece algo que te hace amar algo con más pasión…
Siempre me he sentido atraída por lo realizado a mano, de forma artesanal, con mimo y cuidado. Creo que hay algo en los trabajos artesanales que me parece mágico. El ser capaz de crear algo a partir de materias primas pero que se hace realidad con entusiasmo y pasión es para mi enriquecedor.
Desde pequeña he sentido que debía cuidar a los demás. Necesitaba hacer sentir a los demás de forma cómoda que iba más allá de un «¿cómo estás?, ¿puedo ayudarte en algo?
Necesitaba preparar un baño aromático a mis padres cuando los veía cansados, mi familia acudía a mi cuando tenían un dolor en la espalda porque según ellos, mis manos le calmaban.
Cuando me independicé, tenía la necesidad de cocinar para amigos y que vinieran a casa a pasar un buen rato. Me encantaba ese caos puntual que se formaba en mi pequeña cocina. El olor a tarta de manzana saliendo a través del horno, ese plato caliente y reconfortante. Me gustaba muchísimo ver los rostros de mis familiares y amigos sentirse cómodos y alegres.
Amo el arte en casi todas sus vertientes. Y lejos de tener bien claro qué es lo que quería ser de mayor, a medida que he ido creciendo he podido comprobar que todo lo que sea crear y expresar me fascina. Entregar un pedacito de mi.
No está en mi naturaleza trabajar en algo que no visualizo. Poner mi alma en las cosas que realizo y saber que nada de mi interior se queda rezagado ni callado y al contrario puede mostrarse de forma transparente, es sin duda alguna, mi fin.
Hacer jabones, entre otros productos que he ido haciendo, me hace feliz. He descubierto que lejos de ser algo sencillo, banal, poco importante, me enriquece y completa. Es como esa continuación de aquéllas cosas que ya hacia desde niña. Poder estar implicada en la creación de cada uno de los jabones o productos que haga, me hace quererme más. No es una máquina la que consigue algo que luego podemos utilizar los demás para nuestro cuidado diario, son mis manos, mi energía puesta en ella, mi motivación, mi aprendizaje. Como cuando compraba aceites de baño aromáticos para llenar la bañera con olores relajantes y ver a mis padres tener ese instante de felicidad. Solo que ahora no solo es la dedicación que ponga en ello, sino que me convierto en la creadora de ese producto.
Crear cosmética casera con productos naturales y totalmente respetuosos con el medio ambiente es algo que se alinea perfectamente con mis ideales, mi intención de vida, mi camino.
No se trata de aprender a hacer algo y sacarle provecho de forma económica. Hay algo más, por lo menos para mi. Tiene que motivarme, tiene que llenarme y hacerme feliz. Si no creo en ello, ¿para qué perder el tiempo?
Llevo meses con un caos en muchos sentidos pero con una felicidad interior absoluta. Quiero que lo sepáis. Es importante para mi que os llegue este amor que estaba escondido y que no sabía que poseía. Creo en lo que hago y hoy en día es lo más honesto que os puedo decir. Si no fuera así, no se me ocurriría meterme en este berenjenal, invertir una cantidad de dinero e ir a por ello.
Después de tantos años creyendo que no sabía hacer otra cosa más que fotografiar, intentándolo y dándole mil oportunidades, llega esto y me cambia la vida. Y me la enriquece. Me da fuerzas y me motiva tanto que aquí estoy. Y os puedo asegurar que siento lo mismo que con la fotografía en mis inicios. Es muy bonito.
Estoy trabajando duro para que pronto algunas de mis creaciones que con tanto mimo y detalle hago, os pueda llegar. Os funcione y os guste.
No pido más.

ACTUALIZACIÓN Febrero 2020: ¡ Feels Like Home es ya una realidad ! Visitalo en: https://www.feelslikehome.es