Se me da regular preparar postres. Y bueno, si uno me sale bien, puedes prepararte. Lo vas a comer hasta la saciedad. Bueno, no quiero mentir, me gusta variar y no empachar a mis invitados con lo mismo de siempre, pero claro, tiendo a escudarme y hacer lo que se me da bien.
No soy muy de dulces, ni especialmente de magdalenas ni muffins. De hecho, creo que me gustan más prepararlos, fotografiarlos que comerlos. Vamos, que mi fin es puramente estético. Cuando las hago me como una o dos pero luego espero a que Oscar o algún amigo o familiar sean quien las devoren.
Estas de plátano son mis preferidas. Creo que porque el plátano es una de mis frutas favoritas y ese sabor dulce que queda en el paladar me gusta.
Las fotos están realizadas con Instagram. La verdad es que con las manos pringadas y con la rapidez propia de cuando estás metida en algo en la cocina, me da mucha pereza ir y coger mi cámara. Necesito hacer una foto pero de una manera rápida. Nunca creí que iba a decir esto (y muchas tantas otras cosas), pero bendito móvil e instagram!
Qué tengáis un buen comienzo de semana!
Pd. Mañana es el gran día! Empiezan a ponerme las baldosas del salón. Con suerte el jueves tendré mi salón ordenado y limpio.
MAGDALENAS DE PLÁTANO Y PEPITAS DE CHOCOLATE
Ingredientes
– 3 plátanos medianos
– 125 ml de aceite de girasol
– 250 grs de harina de trigo
– 100 grs de azúcar
– 2 huevos
– un sobre de levadura
– media cucharadita de bicarbonato sódico
– 80 grs de pepitas de chocolate
Preparación
En un bol ponemos la harina, el bicarbonato, la levadura. Mezclamos y apartamos. Por otro lado, trituramos los platanos, añadimos el azúcar, los huevos y el aceite de girasol. Batimos. Incorporamos la mezcla de la harina junto con esta. Mezclamos y le añadimos las pepitas de chocolate.
Insertamos la masa en un molde para magdalenas que previamente habremos engrasado, o bien utilizamos los clásicos moldes de papel.
* No es necesario, pero yo suelo poner un trozo de nuez arriba del todo. Me encanta como queda y luego también me gusta comérmelo. Un toque crujiente. yummy!
15 minutos en el horno a 180 grados (suena muy bien esto del tiempo y los grados a los que debe estar el horno, pero que queréis que os diga. Ya lo iréis comprobando, el truco del palillo que nunca falla). Pinchamos, si sale limpio. Listos! :-))
Dejar enfriar en una rejilla y consumir (otra mentira, yo tengo la manía de comérmelos calientes).