Hoy miré con detenimiento los pájaros que se posan sobre el tejado del vecino.
Observé sus movimientos, el juego entre ellos. Su relajado vuelo para volver al mismo punto exacto.
Así durante una hora.
Los observé. ¿sabéis cuánto tiempo hacia que no ponía toda mi atención en algo sin pensar en nada más?
Tenemos ojos para observar en profundidad.
Pero pasa a veces que nuestros ojos miran sin intención. O se cansan con facilidad o lloran sin saber muy bien el por qué.
Hoy los usé para observar y reflexionar,
para llorar hasta que no quedaban más lagrimas. Han llorado desde todos los puntos de mi piel y todos los recovecos de mi alma.
Hoy aprendí que esto no dura nada.
Y que debemos creerlo porque es el único modo que tenemos de despertar.
Esto no es broma.
Un día, todo se irá a la mierda
pero quedará el profundo recuerdo que tú hayas dejado en este mundo,
tu manera especial de ser, de sentir.
Nada es importante. Ni lo que crees que te hará importante.
Tú, encargarte de una cosa.
Solo una cosa.
De verdad, nada más.
Fácil y sencilla.
Poner tu corazón en cada maldita cosa que hagas.
Aunque te sientas cansada y malhumorada
aunque sientas que no puedes más.
Atrévete a abrir tu corazón aunque algunas personas no sepan tratarlo bien.
Debes saber que si quieres estar en este mundo cuando tú corazón deje de latir,
y de hacer que esto valga la pena, debes hacer una cosa.
Vive una vida honesta y auténtica. Y no sientas miedo de creer en cosas que los demás no ven. O en sentir pasión cuando no tienes muchas personas alrededor para compartirlo.
Nada más.
Gracias, Maria Vatne.
Porque siempre serás un ser despierto, lleno de energía y amor.
Totalmente auténtica.
Hoy te observé jugar en el tejado
libre, feliz.
Me despertaste.
Como el canto de un ruiseñor
al amanecer.
Qué bonita reflexión Lorena. Gracias por recordarnos lo importante que es vivir y sentir cada momento y sobre todo ser consciente de nuestro presente y vivirlo intensamente.
Un besito
Gracias a ti, amiga.
Un besote.